Las personas con depresión suelen experimentar diferentes trastornos del sueño. Sin embargo, un hecho curioso que ha podido demostrar la ciencia es que durante estos estados los pacientes sueñan hasta tres veces más que una persona sin depresión. A pesar de que algo así genere a menudo turbación y cansancio, los sueños de las personas con depresión cumplen en realidad un fin muy concreto: regular el mundo emocional.